Stacy es la reina del instituto, la adolescente perfecta. Es la líder de las animadoras, popular, guapa, saca las mejores notas en clase y participa en todos los voluntariados que existen. Está en lo más alto de la vida, tiene todo lo que podría desear.

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Un día llega un chico nuevo al insti y lo asignan a su clase. Nada más entrar por la puerta del aula Stacy se enamora perdidamente de él. De su fedora, su camiseta con agujerillos de haber sido “sobreusada” con el lema “Gamers Rise up”, de su presentación ante la clase “hajimemeshite minna san”…

Stacy no se lo puede quitar de la cabeza y al salir de clase le sigue discretamente hasta la biblioteca para iniciar un acercamiento, pero aparece Betty, la otaku de la clase y la para in situ. Le explica que siendo la chica popular jamás podrá gustarle a un chico friki como él, pero si tanto le interesa Betty está dispuesta a ayudarla a convertirse en una otaku. Stacy acepta.

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Stacy con la ayuda de Betty empieza a aprender todo sobre anime, videojuegos, cultura friki… Stacy se pasa el día en su cuarto jugando o mirando series, sus notas han bajado y ya no va a todas las actividades que hacía antes.

Los amigos que Stacy tenía se van alejando de ella al ver que ha cambiado tanto, ya no se relaciona con la gente. Ha sacado 5 en todas las asignaturas, le han quitado la beca, la han echado de los clubs que ella misma fundó, de los voluntariados, y las animadoras la han sustituido por otra líder.

Stacy empieza a dudar de si todo esto vale la pena realmente, ha perdido todo lo que tenía. Pero Betty se mantiene a su lado, recordándole que si sigue así Edward se enamorará perdidamente de ella y podrá hacer nuevos amigos en convenciones y juegos online. Y justamente al día siguiente Edward empieza a hablarle a Stacy, y tienen mucho en común por lo que Edward también tiene un flechazo y se enamora de ella.

Se acerca el baile de fin de curso, y Edward le pide a Stacy que sea su pareja. Stacy llora de felicidad, todo ha valido la pena.

Una semana antes del baile de fin de curso Edward le confiesa a Stacy que Betty es su hermana y en realidad todo ha sido un maléfico plan para quitarle su estatus y el puesto de líder de las animadoras. Edward se había enamorado de ella desde el instante que entró en la clase, y al hablar con los compañeros y saber de su bondad, siempre le había parecido perfecta para él aunque tuvieran aficiones diferentes.

En clase Betty aparece con los antiguos amigos de Stacy, vestida como una pija y abiertamente se burla de ella por ser una pringada. Stacy es humillada en público y Edward sale a defenderla para encontrarse también con burlas incluso por parte de su hermana.

Stacy decide volver a ser como antes, pero esta vez junto a Edward. Se compran la ropa más cara y bonita, van a la peluquería, vuelven a inscribirse en los voluntariados…

Llega el dia del baile de fin de curso, Stacy e Edward hacen su gran entrada y todo el mundo se calla de golpe. Stacy vuelve a tener su melena radiante pero esta vez de color rosa, su maquillaje cosplayero on top, el vestido más pomposo y precioso lleno de referentes de varios videojuegos y animes. Edward irradia glamour también con su armadura de Halo/Marine Espacial decorada como un traje. Juntos se ven la pareja más absolutamente “epic” del insti. Betty parece la pija mala de una película de domingo por la tarde.